¿La microdosis funciona? Lo que cuenta una gran encuesta clínica

Lectura: 6–7 min · AÑO PUBLICACIÓN 2019

La microdosis promete mucho, pero la pregunta decisiva es sencilla: ¿qué dicen quienes la usan para problemas reales de salud? Un equipo de la Universidad de Maastricht escuchó a cientos de personas con diagnóstico médico que habían probado microdosis de psicodélicos. Les preguntaron, con el mismo lenguaje que usaría un clínico, si aquello había funcionado, si los síntomas habían remitido y si su calidad de vida mejoró. La foto que devuelve el estudio es matizada y útil: la microdosis sale mejor parada que los tratamientos convencionales en varios diagnósticos, pero peor que las dosis regulares cuando hablamos de trastornos mentales como depresión y ansiedad. Y, como siempre en ciencia, el diablo está en los detalles. Frontiers

El trabajo de Nadia R. P. W. Hutten, Natasha L. Mason, Patrick C. Dolder y Kim P. C. Kuypers, publicado en Frontiers in Psychiatry (2019), analizó respuestas de 410 participantes que microdosificaban y tenían al menos un diagnóstico confirmado por un profesional de salud. El cuestionario, difundido entre marzo y julio de 2018, comparó la efectividad autoevaluada de la microdosis frente al tratamiento convencional y frente a las dosis completas de psicodélicos, separando diagnósticos mentales y fisiológicos; las comparaciones se hicieron con regresiones logísticas e odds ratio (OR).


Tabla 1. Diagnósticos y tratamientos reportados por la muestra (DSM-5 e ICD-10).

Nota: Panorama de diagnósticos mentales y fisiológicos, y del uso de tratamientos convencionales y de psicodélicos (microdosis y dosis regulares).


Fuente: Hutten et al., 2019. DOI: 10.3389/fpsyt.2019.00672

Lo primero que llama la atención es la comorbilidad: la mayoría arrastra más de un diagnóstico y, entre los mentales, predominan la depresión, la ansiedad y el TDAH/ADD. En fisiológicos aparecen con fuerza migrañas y dolor crónico. Ese telón de fondo ayuda a entender los resultados: hay quien recurre a la microdosis tras probar tratamientos convencionales sin suficiente alivio, y hay quien alterna micro y dosis completas, buscando un equilibrio entre eficacia y manejabilidad.

Cuando los autores comparan microdosis con tratamiento convencional en trastornos mentales, el patrón es claro: la microdosis obtiene mejores puntuaciones de efectividad en las tres preguntas (OR≈2,77 para “¿Funcionó?”, OR≈2,48 para “¿Desaparecieron los síntomas?” y OR≈2,30 para “¿Mejoró la calidad de vida?”). En trastornos fisiológicos la ventaja también aparece (OR≈6,14; 7,74; 4,36, respectivamente). Pero la película cambia frente a dosis completas: para depresión y ansiedad, las microdosis resultan menos eficaces (OR<1 en las tres preguntas), mientras que en diagnósticos fisiológicos no hubo diferencias con las dosis regulares.

Figura 1. Efectividad autoevaluada de microdosis (MD), tratamiento convencional (CT) y dosis regulares (RD) en tres preguntas, en diagnósticos mentales (A) y fisiológicos (B).

Nota: Barras blancas (MD), grises (CT) y negras (RD). Asterisco: p < 0,05.


Fuente: Hutten et al., 2019. DOI: 10.3389/fpsyt.2019.00672

Más allá de la foto general, los autores desagregan por subcategorías diagnósticas y ahí aparecen los matices. Donde la microdosis parece competirle de tú a tú al tratamiento convencional —y a veces superarlo— es en TDAH/ADD y ansiedad. En cambio, en depresión la balanza se inclina del lado de las dosis regulares, tanto si miramos “¿funcionó?”, “¿desaparecieron los síntomas?” o “¿mejoró la calidad de vida?”. Este contraste sugiere algo plausible: en ciertos cuadros, la intensidad y el contexto de una experiencia completa podrían marcar la diferencia, mientras que en otros el efecto acumulativo de dosis bajas y frecuentes alcanza para mover la aguja en el día a día. Frontiers


Tabla 2. Odds ratio (OR) de la microdosis frente a tratamiento convencional y frente a dosis regulares, por subcategorías de diagnósticos mentales.

Nota: OR (IC95%) y valores p para cada pregunta de efectividad.


Fuente: Hutten et al., 2019. DOI: 10.3389/fpsyt.2019.00672

Como toda encuesta, este estudio captura percepciones en condiciones de vida real, no resultados clínicos verificados. La muestra es autoseleccionada desde foros psicodélicos y es razonable asumir que las expectativas influyen. Los autores, de hecho, piden prudencia: estos datos son un punto de partida para diseñar ensayos controlados aleatorizados en poblaciones clínicas, con cegamiento adecuado, seguimiento y medidas objetivas de síntomas y funcionalidad. Mientras tanto, la conclusión equilibrada es clara: la microdosis aparece como una opción percibida como útil por quienes la usan en ansiedad, TDAH y algunos problemas de dolor; pero no debería presentarse como sustituto de la evidencia más sólida que hoy respalda a las dosis completas en depresión y ansiedad. Frontiers

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Referencia principal: Hutten, N. R. P. W., Mason, N. L., Dolder, P. C., & Kuypers, K. P. C. (2019). Self-Rated Effectiveness of Microdosing With Psychedelics for Mental and Physical Health Problems Among Microdosers. Frontiers in Psychiatry, 10:672. DOI: 10.3389/fpsyt.2019.00672 · Texto completo: https://www.frontiersin.org/journals/psychiatry/articles/10.3389/fpsyt.2019.00672/full Frontiers

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